Detalles, Ficción y oracion a san benito
El primer don es el de la seso. La presencia del Espíritu de la Verdad concede a la persona ver la vida con los mismos Luceros de Dios. Este don es concedido a las almas humildes. “Yo te alabo, Padre, Señor del paraíso y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes y se las has revelado a gente sencilla” (Mt 11, 25)